¿Sabías que nuestra barrera con el exterior está formada por células muertas pero biológicamente activas?

by Ana Robert Estelrich

 ¿Qué es la homeostasis y cómo la mantiene la piel?

Imágenes de células

La homeostasis es una propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior (metabolismo).

La embajadora en el cuerpo humano de ese equilibrio entre el ambiente exterior hostil y nuestro interior es la piel. Sí, esa delgada lámina de tan sólo unos milímetros de espesor, el órgano más extenso del cuerpo humano, con una superficie de 2 m2 y unos 4-5 Kg de peso, es la responsable de mantener en nuestro interior lo que necesitamos y de mantener en el exterior lo que nos puede perjudicar.

La piel mantiene la homeostasis a través de la termorregulación y del control de la deshidratación. Se renueva cada 4-8 semanas y se desprende en forma de escamas: ¡el 70% del polvo que se acumula en una casa es piel humana! Globalmente, la piel muerta de todas las personas generaría miles de millones de toneladas de polvo a la atmósfera porque, a cada minuto, la piel de un solo humano libera 50.000 células.

Con 170 puntos sensoriales para notar el dolor, percibir sensaciones táctiles, registrar el frío y sentir el calor, los corpúsculos responsables de las sensaciones táctiles responden a la presión de unos 20 milígramos, es decir, el peso de una mosca.

¿Entonces, la epidermis son sólo células muertas?

La piel es una superposición de varias capas que van desde la más interna, la hipodermis, a la más externa, la epidermis, pasando por la más gruesa que es la dermis.

la epidermis son sólo células muertas

 

Figura 1. Capas de la piel

La hipodermis está formada por células de grasa y la dermis es un tejido conectivo, de tipo acuoso, por donde fluye la sangre para formar nutrientes, y contiene proteínas de colágeno y de elastina que proporcionan resistencia y elasticidad a la piel.

De la epidermis, hasta principios del siglo pasado, se consideraba era una capa inerte de células muertas. Pero nada más lejos de la realidad. Hacia 1920, Alfred Marchionini (Alemania, 1899-1965, dermatólogo experto en alergias de la piel y lupus), introdujo la idea de la piel como barrera que separa el interior de nuestro cuerpo del exterior y que el 90% de esa barrera reside en la epidermis, en apenas unas décimas de milímetros de espesor – el de una hoja de papel, en la capa más externa de la piel, denominada stratum corneum. El SC es un sistema dinámico con constante actividad metabólica: es la parte de nuestra piel donde aplicamos cremas y demás productos cosméticos.

El éxito del buen funcionamiento de la epidermis reside en su gran habilidad para renovarse continuamente: ¡produce 500 células por segundo!. Esto requiere un equilibrio entre la proliferación de células y su muerte: una proliferación excesiva puede causar tumores y demasiadas células muertas, un tejido atrofiado.

¿Pero, cómo consigue la epidermis llevar a cabo esta maravillosamente organizada renovación constante de sus células?

A través de un proceso conocido como escamación o queratinización.

 

Capas de la epidermis

Figura 2. Capas de la epidermis

La epidermis consta de 5 capas (Figura 2), la más profunda, stratum basale, es la que está en contacto con la dermis. En ella se van generando constantemente nuevas células con nutrientes y oxígeno que se difunden a la epidermis a través del flujo sanguíneo de la dermis: son las células más activas metabólicamente, precisamente por estar tan cerca de la sangre, y se van dividiendo continuamente para generar más queratinocitos.

Estas células son empujadas lentamente a la superficie. A medida que las células se mueven, de una capa a otra, acumulan más y más queratina, que es una proteína muy dura. Eventualmente, las células queratinizadas se van mudando a la superficie de la piel y son reemplazadas por otras nuevas que se van queratinizando.

Al ir alejándose los queratinocitos del flujo sanguíneo y al no contener nutrientes, las células se vuelven cada vez menos activas y acaban muriendo, dando lugar a los corneocitos en el stratum corneum, ¡nuestra auténtica barrera con el exterior está formada por células muertas pero biológicamente activas!.

El proceso de escamación

Los corneocitos son también conocidos como escamas, son menores que el diámetro de un cabello humano y, de forma individual, no son visibles para el ojo humano.

El proceso de escamación tiene que ver con la edad…

El proceso de queratinización, desde que se forman los queratinocitos en la capa más profunda de la epidermis hasta que se transforman en corneocitos en la capa más superficial, produciéndose la escamación, dura aproximadamente 1 mes en un adulto sano y 2 meses si la piel es madura, de ahí que éstas sean más secas.

Proceso de escamación de la epidermis

Figura 3. Proceso de escamación de la epidermis

Esas células “muertas” que forman las escamas, junto con los compuestos insolubles en agua -lípidos- que forman el “cemento” entre ellas, son los responsables de la impermeabilidad de la piel. Así que, sorprendentemente, aunque sean células muertas, para nosotros son vitales. Y lo son porque la epidermis ha de ser todo lo impermeable que sea posible: es la manera de que pueda ejercer como una verdadera barrera de defensa.

 

 

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