A principios de los años 90, la empresa cosmética Helena Rubinstein postuló que existían fundamentalmente 4 tipos de piel: seca, grasa, mixta o sensible. Desde entonces, estas categorías se han utilizado casi sin modificaciones para caracterizar la piel. Durante el mismo período de tiempo, el mercado de productos dedicados al cuidado de la piel se ha convertido en una industria multimillonaria, presentando continuas y numerosas innovaciones.
También ha surgido durante estos años el concepto de cosmecéuticos, una nueva categoría de productos que hace referencia a productos cosméticos que transmiten funciones biológicas a la piel.
Por tanto, en el mercado actual, saturado con una gran cantidad de productos para el cuidado de la piel, las designaciones tradicionales para los tipos de pieles han sido consideradas como descripciones incompletas o inadecuadas. Proporcionan pues una guía insuficiente para seleccionar los productos más adecuados para cada persona. Y más cuando mucho de ellos vienen etiquetados según el tipo de piel.
Además, ¿se puede decir que una persona tiene la piel simplemente seca o grasa? Las tipologías de piel designadas por Rubinstein abarcan simplemente una parte de la historia.
Clasificación ampliada de los tipos de piel
Un nuevo enfoque para clasificar los tipos de piel – Indicador de Tipo de Piel de Baumann-, trata dos de las categorías de Rubinstein como uno de los cuatro parámetros para caracterizar los tipos de piel: seca o grasa, sensible o resistente, pigmentada o no pigmentada y arrugada o tersa. La evaluación de la piel, basada estos cuatro parámetros, da como resultado 16 permutaciones potenciales de los tipos de piel.
En la siguiente tabla se han representado esas 16 permutaciones:
Así pues, GSEPA corresponde a una piel grasa, sensible, pigmentada y arrugada.
Los cuatro parámetros deben ser considerados al diagnosticar recomendaciones para la piel de un paciente. Por ejemplo, una persona que tenga la piel seca, sensible, pigmentada y arrugada requiere productos completamente distintos a los de una persona con piel grasa, resistente, no pigmentada y tersa.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el tipo de piel no es un concepto necesariamente estático. Los cambios de clima, el stress, un embarazo, la menopausia y otros elementos exógenos y endógenos pueden causar cambios en el tipo de piel.
En los siguientes artículos describiremos con detalle las 4 clasificaciones generales de la piel. Cómo se origina y qué cuidados precisa.