El envejecimiento de la piel

Por Ana Robert Estelrich

El envejecimiento de la piel es un proceso que depende de muchos factores y está sometido a influencias internas y externas.

Envejecimiento de la mano

Los factores internos y externos se han considerado tradicionalmente tan distintos que se han descrito como independientes. El natural o interno, impulsado genéticamente, es inevitable. Y el envejecimiento externo, que resulta de la exposición a elementos ambientales nocivos, es evitable.

Estudios recientes sugieren que el factor principal implicado en el envejecimiento externo -la radiación UV- puede alterar el curso del envejecimiento normal. Si este es el caso, el envejecimiento interno y externo no son tan distintos como se suponía.

El envejecimiento interno

En los últimos años, la función de los telómeros -estructuras especializadas que protegen los extremos de los cromosomas- se ha identificado como una de las claves del envejecimiento interno. La longitud de los telómeros disminuye con la edad. Tanto es así, que esta disminución sirve como indicador para medir la edad cronológica.

Efecto de los telómeros en el envejecimiento de la piel

Telómeros, los relojes de la vida

La enzima telomerasa, encargada de estabilizar o alargar telómeros, se expresa en el 90% de los cánceres, pero no aparece en los tejidos normales. Esto implica que la mayoría de las células cancerosas, al contrario de las sanas, no están programadas para morir, situando así el envejecimiento y el cáncer en caras contrarias de la misma moneda.

El envejecimiento externo

Puede prevenirse y está sujeto al control humano. Las personas podemos esforzarnos en limitar la exposición a los factores de envejecimiento externo. Estos factores son el tabaco, la polución, mala nutrición, consumo excesivo de alcohol y, especialmente, exposición solar.

El daño cutáneo que resulta de la exposición a la radiación UV se produce por diversos mecanismos, como la formación de células con quemaduras solares, síntesis de colagenasa -que rompe los enlaces peptídicos del colágeno- y procesos de inflamación.

Efecto de las radiaciones solares sobre el envejecimiento de la piel

Absorción de las diferentes radiaciones solares en la piel

Fotoenvejecimiento, fotocarcinogénesis y fotoinmunosupresión son efectos adversos bien conocidos de la radiación UV, UVA en particular, aunque falta mucho por conocer sobre los mecanismos por los que dicha radiación provoca efectos nocivos.

La radiación UV inhibe el DNA y acelera el acortamiento de los telómeros, por lo que se puede considerar que influye sobre el envejecimiento interno.

¡Las arrugas!

La formación de arrugas, que se inicia en las capas profundas de la dermis, es la manifestación por excelencia del envejecimiento de la piel. Pocos productos para el cuidado de la piel pueden penetrar suficientemente hasta la dermis para revertir las arrugas, a pesar de la cantidad de productos que se anuncian con esa finalidad y el importante desembolso de dinero de los consumidores para tales productos.

Las arrugas son la manifestación principal del envejecimiento de la piel

Formación de arrugas por pérdida de elasticidad

Por lo tanto, los productos antiedad están focalizados en la prevención de la formación de arrugas.

La estructura de la piel está formada principalmente por 3 componentes –colágeno, elastina y ácido hialurónico– que disminuyen con la edad. El primer objetivo en la formulación de productos es prevenir la degradación de cualquiera de los 3 componentes. Aunque no existen productos capaces de llevar estos productos al interior de la epidermis, a pesar de lo que dice la publicidad, algunos productos sí son capaces de promover su producción natural.

Por lo tanto, existen dos objetivos importantes para prevenir el envejecimiento de la piel.

Promover la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico

El colágeno es una proteína constituyente de los tejidos conjuntivos como la piel, los tendones y los huesos. Es la proteína más abundante del organismo. Se caracteriza fundamentalmente por su resistencia. Está constituida por tres cadenas polipeptídicas de unos 1000 aminoácidos cada cadena. Su solidez se debe a los enlaces transversales entre las cadenas peptídicas.

El colágeno es uno de las componentes más importantes de la estructura de la piel

Las 3 cadenas peptídicas que componen el colágeno

Retinoides, vitamina C y algunos péptidos pueden estimular la síntesis de colágeno. Los retinoides además pueden promover la síntesis de ácido hialurónico y elastina.

Reducción de la inflamación: los antioxidantes

Otro objetivo importante en la prevención de arrugas es reducir la inflamación. La inflamación contribuye a la degradación del colágeno, elastina y ácido hialurónico. En este sentido, los antioxidantes juegan un papel muy importante. Se ha demostrado que los radicales libres -reactive oxygen species o ROS– a través de una serie de pasos, inducen la síntesis de colagenasa, que conduce a la rotura de colágeno. Se ha comprobado que un pretratamiento de la piel con antioxidantes como genisteína o N-acetil cisteína inhiben la inducción UV de la enzima colagenasa.

¿Qué son los antioxidantes?

A los átomos no les gusta tener electrones desapareados. Los radicales libres son átomos o grupos de átomos que tienen un electrón desapareado, son muy inestables y, por lo tanto, muy reactivos. Estos radicales recorren nuestro organismo intentando robar un electrón de las moléculas estables, con el fin de alcanzar su propia estabilidad. Los antioxidantes son capaces de ceder electrones a esos radicales libres, dejándolos inactivos.

Los antioxidantes ceden electrones a los radicales libres

Los antioxidantes ceden electrones a los radicales libres

De hecho, en los productos para el cuidado de la piel se utilizan muchos antioxidantes tales como vitaminas C y E, coenzima Q10, y muchos derivados de origen botánico como cafeína, ácido ferúlico, matricaria, extracto de semilla de uva, té verde, bayas de café, hongos, granada, resveratrol, silimarina, romero, etc.

Pero todavía faltan muchos estudios sobre la piel y su envejecimiento que revelen las verdaderas claves de la juventud.

Mientras tanto, podemos recurrir a diversas prácticas para mitigar e incluso prevenir el envejecimiento externo de la piel. Evitar o limitar la exposición al sol. Utilizar productos con protección solar. Evitar el tabaco y la polución siempre que sea posible, tomar una dieta rica en vegetales y frutas. Proteger la piel es un paso clave en su cuidado fundamental.

Bibliografía

Understanding and Treating Various Skin Types: The Baumann Skin Type Indicator. Dermatologic Clinics 26(3):359-73, vi · August 2008

 

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