El término «champú» se originó en la India, donde la palabra hindi «champu» significa presionar o masajear los músculos.
Los champús están destinados a eliminar el sebo del cabello, los componentes del sudor, el estrato córneo descamado, los productos de peinado y la suciedad ambiental. La idea de embellecer el cabello es una finalidad secundaria que se aborda principalmente con un acondicionador. No obstante, si está sano, no hace falta ningún tipo de embellecedor, ¡el cabello brilla por sí mismo!
Historia
El jabón en barra, es decir el que proviene de la reacción de una grasa o aceite con sosa o potasa, se utilizó para limpiar el cabello hasta mediados de la década de 1930. A partir de entonces empezó a utilizarse aceite de coco, lo que permitió la formulación de un jabón líquido que formaba espuma y enjuagaba mejor que un jabón en barra.
En la actualidad, los jabones en barra no se recomiendan para la limpieza del cabello porque dejan un residuo que se forma al mezclar el jabón con agua dura y es difícil de eliminar. Este puede ser uno de los factores agravantes de la dermatitis seborreica si se usa jabón de forma sistemática. Por lo tanto, realmente existe una necesidad de champús bien formulados que limpien el cabello, especialmente el cuero cabelludo, que es lo que realmente se ensucia.
Otro de los inconvenientes del jabón es que es muy alcalino. Suele tener un pH entre 8 y 10 y el de la piel está entre 5,5-6.
¿Qué son los champús actuales?
Son básicamente limpiadores líquidos cuya base son detergentes sintéticos, agentes espumantes, acondicionadores, espesantes, agentes secuestrantes, fragancias, conservantes y aditivos especiales. Hay que tener en cuenta que no todos los ingredientes están destinados a la limpieza del cuero cabelludo. Algunos de ellos se añaden para mejorar el aspecto y la consistencia del champú, no aportan nada a la limpieza del cabello.
Los detergentes de un champú
Los detergentes, también conocidos como tensioactivos, son anfifílicos.
Moléculas de detergente
Esto significa que la molécula de detergente posee una parte lipófila, es decir, que atrae al aceite, y una parte hidrófila, que atrae al agua. La parte lipófila se une al sebo y la parte hidrófila se une al agua. Así se consigue eliminar el sebo simplemente enjuagando con agua.
Esquema de limpieza de un champú
Es así como mientras un extremo de las cadenas logran, con la unión molecular de grasa y agua, separar la suciedad de la superficie sucia –cabello-, el otro extremo, gracias al agua, arrastra esa suciedad dejando limpia la superficie.
Muchas veces se combinan varios detergentes para lograr el resultado deseado. Si el champú es para cabello graso, se seleccionan detergentes enérgicos para eliminar el sebo, mientras que si el champú está destinado a cabello seco o teñido, se seleccionan detergentes suaves para reducir la eliminación de sebo. El arte de la formulación del champú es elegir la combinación de detergente adecuada para limpiar el cuero cabelludo y embellecer el cabello simultáneamente.
Agentes espumantes
Uno de los atributos más importantes de un champú desde la perspectiva del consumidor es la capacidad de formación de espuma. Los consumidores están convencidos de que un champú con poca espuma limpia mal. ¡Sin embargo, esto no es así! La mayoría de los champús contienen agentes espumantes para introducir burbujas de gas en el agua.
La espuma se forma porque mezclamos un detergente, aire y agua. ¡Pero no tiene nada que ver con la limpieza! Su único efecto es esparcir el detergente sobre el cabello y el cuero cabelludo. Es cierto que un champú aplicado sobre el cabello sucio no formará tanta espuma como el mismo champú aplicado sobre el cabello limpio. Esto se debe a que el sebo inhibe la formación de burbujas. Por lo tanto, un champú formará menos espuma en la primera aplicación de champú y más en la segunda.
Exceso de espuma en el champú
Hemos llegado a asociar la eficacia de nuestros productos de limpieza con la cantidad de espuma que generan. ¡Y eso es un grave error! La mayoría de la espuma se crea artificialmente debido a la demanda de los consumidores, no porque sea necesaria para la limpieza. Es muy económico añadir productos químicos en champús para hacer espuma innecesariamente.
A nivel psicológico, cuando nos aplicamos champú nos gusta ver que sucede algo. Pero en realidad lo único que vemos son moléculas de detergente atrapando aire en forma de esferas. Y curiosamente, estas moléculas de detergente no limpian porque están formando parte de las esferas. Las moléculas de detergente en el agua son las que de verdad limpian.
Muchos fabricantes de champús y geles agregan productos químicos específicos para crear burbujas durante el lavado, solo para satisfacer al consumidor mientras se lava el cabello o el cuerpo. Lo único que muestra una burbuja es que la molécula de detergente se ha sentido más atraída por el agua que por la suciedad.
Cómo escoger un champú
Podríamos pensar que, dado que el champú está en contacto con el cabello poco tiempo, en definitiva, es igual el tipo de champú que usemos. Pero esto no es así en absoluto. Es muy importante identificar de qué tipo es nuestro cuero cabelludo y elegir un champú que se adapte a nuestras necesidades.
También es muy importante escoger champús que contengan detergentes que no sean agresivos y que no estén en una concentración alta. Lavarnos el cabello con champús que contienen detergentes agresivos es equivalente a lavarnos las manos con lavavajillas. Algo que no tiene sentido porque, en general, nuestras manos no necesitan un desengrasante tan potente. Que además elimina nuestro sebo natural de la piel.
Bibliografía
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3002407/