¿Qué mecanismos tiene la piel para mantenerse hidratada?
La hidratación de la piel está regulada y mantenida por su capa exterior, conocida como stratum corneum, que nos protege tanto de la sequedad como de una sobrehidratación. El stratum corneum es la parte superior de la epidermis, capa superior de la piel, y está formada por células muertas pero biológicamente activas, los corneocitos.
Como debe funcionar en diferentes ambientes, el stratum corneum debe mantener la correcta cantidad de agua. Para ello, esta capa es flexible, absorbente, adaptable y capaz de regenerarse. Sus células están estrechamente compactadas y crean un camino tortuoso que evita que las moléculas de agua se escapen fácilmente.
Otro de los mecanismos desarrollados por la epidermis para mantener la hidratación adecuada del stratum corneum, es la formación de una capa protectora, conocida como factor natural hidratante o Natural Moisturizing Factor, NMF. El NMF es una mezcla de sustancias solubles en agua y humectantes muy activos, capaces de capturar el agua de la atmósfera como auténticos imanes. El NMF contiene compuestos como aminoácidos, azúcares, urea, sales minerales y una pequeña proporción de glicerina y ácido hialurónico.
Distintas capas de la epidermis
Los componentes intercelulares que ayudan a mantener la estructura de las células del stratum corneum se llaman lípidos, entre los que se encuentran diferentes tipos de aceites y triglicéridos. Los lípidos permiten controlar la permeabilidad de la epidermis.
Pero ¿qué pasa cuando la piel ha perdido su capacidad de hidratarse?
Las causas son múltiples, se clasifican en dos categorías: exógenas y endógenas. Dentro de las exógenas se encuentran las condiciones climáticas adversas como calor, frío o aire seco, polución, cambios drásticos de tiempo, radiación UV y lavados frecuentes con productos inadecuados. Las causas endógenas más importantes son factores genéticos, desequilibrio hormonal, estrés, edad y una dieta baja en ácidos grasos insaturados y vitaminas.
Existen varias soluciones para ayudar a la piel a mantenerse hidratada, pero ¿sabías que…
¡Los aceites no hidratan!
Los aceites no hidratan porque son hidrofóbicos, es decir, ¡odian el agua! Y precisamente por eso forman una barrera protectora sobre la superficie de la piel que ayuda a que no se evapore el agua que contiene. Así evitan su deshidratación.
Los aceites, mantecas y ceras están dentro de la categoría de emolientes. Son muy importantes y muy beneficiosos para la piel.
La piel es una matriz compuesta por lípidos que son insolubles en agua. Por ello, es mucho más fácil que los compuestos como antioxidantes, vitaminas, ácidos grasos, también insolubles en agua, penetren hacia capas más profundas de la piel que los compuestos acuosos. El agua difícilmente puede penetrar un lípido y suele evaporarse antes que penetrar.
Hay que beber mucho para hidratar la piel ¡falso!
El agua hidrata ¡cierto! Por lo tanto, para tener una piel hidratada y sana hay que beber mucha agua ¡falso!
Existe la creencia de que bebiendo mucha agua la piel se mantiene brillante y viva, pero en realidad, esa agua que injerimos poco tiene que ver con la calidad de la piel.
Cuando bebemos agua, no va directamente a la piel. Pasa a través del intestino, se absorbe y pasa al torrente sanguíneo, se filtra en los riñones e hidrata las células. Así que poca consigue llegar hasta la piel.
Cuando la piel está seca, necesita sustancias que ayuden a reducir lo que se conoce como pérdida de agua transepidérmica –transepidermal water loss o TEWL–. Es la cantidad de agua que pasa del interior del cuerpo a la atmósfera por evaporación o difusión.
La humedad que contiene la piel de cada uno de nosotros depende en gran medida de factores tales como el lavado, medio ambiente, número de glándulas sebáceas y su funcionamiento, la edad.
Y ¡por supuesto! Tenemos que beber agua, es imprescindible para la vida. Pero existen otros mecanismos mucho más eficaces para tener una piel hidratada.
Cómo conseguir una piel hidratada
En primer lugar, recordar que el mayor porcentaje de agua que necesita la piel lo obtiene hidratándose a través de los líquidos y alimentos injeridos. Una pequeña proporción la obtiene a través de la humectación de productos aplicados de forma tópica. Es decir, la piel sólo puede hidratarse vía oral, de forma tópica sólo puede humectarse.
Una buena forma de humectar la piel es con cremas cosméticas. Éstas deben contener 3 tipos de compuestos: humectantes, emolientes y oclusivos.
Los humectantes captan agua y la fijan mediante enlaces químicos. La absorben del ambiente, si la humedad es superior al 70%, o de capas más profundas de la piel. Buenos humectantes naturales son el ácido hialurónico -componente del factor natural de hidratación, NMF-, la glicerina, el Aloe vera y la miel.
La miel es un gran hidratante
Los emolientes son sustancias grasas –lípidos– que penetran en la piel dejándola suave y flexible. Los aceites vegetales de sésamo, semilla de uva y jojoba son emolientes naturales.
Los oclusivos forman una auténtica barrera física en la superficie de la piel evitando la evaporación del agua. Oclusivos naturales son la lanolina -aunque puede crear problemas de sensibilidad- manteca de karité y cera de abejas.
Minimizar las exposiciones a condiciones atmosféricas adversas como baja humedad, vientos fuertes o calor excesivo, también ayuda a mantener la piel hidratada. Evitar la limpieza con jabones agresivos que eliminan nuestras grasas naturales.
Una dieta rica en ácidos grasos insaturados como salmón, aceite de oliva o nueces ayuda también a mantener las células hidratadas.
Tener la piel hidratada es fundamental para nuestra salud. Cuidar la piel requiere observación y atención, es una bonita manera de dedicarnos a nosotros mismos.
Bibliografía
https://rachaelpontillo.com/do-oils-really-hydrate-the-skin/
https://stackedskincare.com/blogs/news/35902211-myth-drinking-water-hydrates-skin/
https://www.sciencedirect.com/topics/chemistry/humectant
http://www.hekatecosmetics.com/en/news/i-consigli-di-hekate-per-mantenere-la-pelle-idratata-destate